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8 JULIO 2013
El miedo y el caos protagonizaron el segundo encierro del año 2013. Todo iba según lo previsto, hasta que un cabestro cayó al suelo a la altura de la calle Mercaderes. El resto de la manada siguió hacia delante mientras el cabestro descansaba en el suelo.
Tras un rato en el suelo, el cabestro continuó su carrera en solitario hasta la calle Estafeta. Allí de pronto, dio la vuelta y volvió sobre sus pasos.
La puerta situada en la curva de Mercaderes que impide la vuelta de la manada hacia atrás, se encontraba entreabierta. El cabestro consiguió colarse por un resquicio y al empujar la puerta, se llevó por delante a uno de los encargados de la Casa de Misericordia.
Galería fotográfica
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